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El cuento de la Luz Valiente

Había una vez un alma valiente.
Tan llena de Luz, tan plena de Amor,
que decidió venir al mundo a recordar a otros lo que son,
incluso si en el camino iba a olvidarlo un poco.

Eligió una familia, con todo lo que implicaba.
Una historia, con todo lo que cargaría.
Y un cuerpo, que con el tiempo sentiría miedo, enojo, dolor…
pero también risa, ternura, caricias y cantos.

Esta alma tenía una misión:
recordar que estaba sostenida por Dios, no por el mundo.
Que su provisión era eterna.
Que el Amor no se gana, porque ya es.
Y que cada sombra que viera…
no era más que una parte olvidada que pedía ser traída a la Luz.

En medio del camino, empezó a despertar.
Un día, se cansó de sufrir.
Se cansó de cargar.
Y en un acto de humildad, dijo:

—No puedo más… pero contigo, sí puedo.

Y desde entonces, algo cambió.

No fue una explosión de fuegos artificiales,
ni un milagro que todos vieran.
Fue algo más sutil:
empezó a ver con otros ojos.

Y su vida se convirtió en un altar.
Los problemas, en oraciones.
Las lágrimas, en semillas de perdón.
Y las personas, en espejos para recordar el Amor que la creó.

Cada día, esta alma seguía diciendo sí.
Aunque dudara. Aunque tropezara.
Aunque a veces pensara que era sólo su imaginación.
Pero algo en su corazón sabía que ya no estaba sola.
Que la Voz que le hablaba era real.
Y que esa Voz la había estado esperando desde siempre.

Esa alma, mi niña…
eres tú.
Y ese cuento,
es el único que jamás dejará de ser verdad.

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1 Comentarios

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    Martha Díez
    17 Jun, 2025

    Un día, platicando con Jesús y el Espíritu Santo, me contaron un cuento… Un cuento sobre mí. Sobre ti. Sobre todos. Me dijeron: "Había una vez una Luz Valiente, muy brillante, que vivía en el Corazón de Dios. Esa Luz decidió bajar a la Tierra, a recordar su brillo entre sombras. Se le olvidó quién era por un rato… pero no dejó de ser Luz." Y mientras lo contaban, me decían: "Este no es un cuento cualquiera. Es tu historia. La historia de todos los que, por un momento, se sintieron perdidos, pero en verdad solo estaban dormidos." "Viniste a recordar. A perdonar. A amar. A brillar." Y así me lo contaron, con tanto amor, que quise escribirlo para que tú también lo recordaras. Porque este cuento es también sobre ti.